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REVISTA Nº 149 - DICIEMBRE 2022
voluntariado

En la Torre de Babel

Dicen que hablando se entiende la gente. Pero en un grupo como el que lidera Lorena Gallego de la Iglesia, con varias nacionalidades y no pocas lenguas, la tarea se torna complicada. Esta trabajadora social, que imparte clase de español a personas refugiadas acogidas al Programa de Protección Internacional (PPI) del Hospital San Juan de Dios de León, trata de romper unas barreras idiomáticas que, por encima de las diferencias culturales, se revelan como el mayor escollo al que se enfrentan a la hora de lograr la ansiada integración sociolaboral.

Lorena llegó como voluntaria al PPI en septiembre de 2021, tras la caída de Kabul en manos de los talibanes. “Lo había intentado antes, pero con la pandemia no salió adelante. Así que cuando ocurrió la crisis en Afganistán, me volví a poner en contacto con el equipo”, explica una leonesa para la que este proyecto lo tiene todo a la hora de trabajar: “un colectivo vulnerable, la enseñanza de idiomas y el aspecto intercultural”. “Es importante elegir algo que te motive mucho para poder mantener el compromiso y dar lo mejor de uno mismo”, confiesa.

Junto a sus compañeras, Estefanía Amado y Andrea Durán, se centra en facilitar el aprendizaje del español a unas personas que, en ocasiones, cargan una situación de analfabetismo a sus espaldas. “No hay materiales de alfabetización para adultos y eso lo hace aún más difícil”, lamenta Lorena consciente de que controlar nuestro idioma les hace más libres. En este sentido, cuando las personas refugiadas, además de su lengua materna, controlan otro idioma (como el inglés, en el caso de las personas que vienen de Ucrania; o el francés, en el caso de las procedentes de Senegal o Mali) todo es mucho más sencillo. 

Sirios, iraníes, argelinos, marroquíes y ucranianos conforman el heterogéneo grupo al que se enfrente Lola cada día. “Hay recién llegados que no saben decir ni hola y personas que llevan un año con nosotros, por lo que encontrar el equilibro es un juego de malabares”, confiesa una trabajadora social de formación que, como profesora de español para extranjeros, intenta no dejar a nadie atrás ni se permite que ninguno de sus alumnos caiga en la desmotivación. 

A pesar de que se muevan entre la frustración y el entusiasmo, “su espíritu de lucha es envidiable”, según confiesa. Y es que, desgraciadamente, son personas acostumbradas a vivir en un mundo con pocas certezas. “Las que vienen solas, sin su núcleo familiar más cercano, tienen que acostumbrarse a convivir a marchas forzadas con gente que no conocen de nada”, recuerda.

Lorena, que hace mucho tiempo cubrió una baja como orientadora laboral en ACCEM, dejó el mundo empresarial tras entrar en contacto con el voluntariado de la mano de la Asociación Fikra, en Gijón (Asturias), donde impartía también clases de español, y ver que lo suyo era otra cosa. “Las personas refugiadas son muy agradecidas y eso hace que tu trabajo sea reconfortante”, indica sobre una labor que el uso obligatorio de mascarilla complica aún más. Y es que la vocalización es esencial a la hora de adquirir competencias lingüísticas. 

Lorena Gallego de la Iglesia
Profesora de español del PPI
Hospital San Juan de Dios de León

Un voluntariado “fundamental”

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El Hospital San Juan de Dios de León ha incorporado a su plantilla a la trabajadora social Laura Abril Albalá para reforzar las áreas de Voluntariado, Obra Social, Sensibilización y Cooperación Internacional tras asumir el puesto de responsable de Solidaridad. Abril...

Un refugio para el amor

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Hace justo un año, en septiembre de 2021, Paula García Alonso (Sevilla, 2003) llegó al Programa de Protección Internacional (PPI) del Hospital San Juan de Dios de León “conmovida” por la crisis de los refugiados. Alicia González, la psicóloga de este proyecto que financia el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, impartió una charla en la Escuela de Arte en la que cursaba Bachillerato y ya no hubo vuelta atrás. Algo se removió por dentro. “Es muy difícil saber que existen este tipo de programas cuando poco o nada se habla de ellos. Los medios se centran en las ayudas económicas que reciben estas personas, pero no en los soportes emocionales que necesitan para salir adelante”, precisa una joven que hace dos años dejó Sevilla con su familia para venirse a una ciudad que, si bien es complicada a la hora de establecer relaciones, le ha acogido con los brazos abiertos.

Voluntariado y 0bra Social caminan juntos por Ucrania

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No quisiera empezar mal este artículo, pero la actualidad social y mundial mandan. El mundo tiene mal pronóstico. Escuchamos y leemos todo tipo de informaciones donde estamos más que al día de cómo y en qué sociedad nos ha tocado vivir y en qué momento.

Una década en los zapatos del otro

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Margarita Medarde Agustín nació en el seno de una familia de médicos. “Mi padre se trasladó desde La Rioja a León para trabajar en el Instituto de Higiene, que estaba en la avenida Independencia, y aquí nací yo”.

cuando el voluntariado despierta tu mejor versión

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Aurora Manceñido nació con vocación de servicio social, pero venir al mundo en Robledo de Caldas, en la comarca de Luna, dio al traste con sus planes de ser enfermera. “Con la nieve nos quedábamos en invierno muy aislados y no pudo ser”, según lamenta. Así, siendo muy joven y habiendo salvado a un amigo del pueblo de la ‘muerte’, que todavía aún hoy está agradecido por ello (se le cayó un carro encima), se tuvo que conformar con cuidar a los demás de otra manera.