La prevención de riesgos laborales debe estar integrada en cualquier tipo de actividad y sector diariamente, no solamente porque así nos lo exige la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el Reglamento de Servicios de Prevención, sino porque la propia eficacia de la prevención está condicionada directamente por la forma de incorporarla y gestionarla. Las empresas deben proporcionar un entorno de seguridad y salud saludable para sus trabajadores y trabajadoras, pero éstos a su vez también tienen que ser corresponsables en cuanto a dichas medidas, para que la colaboración entre ambas partes se materialice en un ambiente seguro. Trabajar la cultura preventiva de tal forma que se entienda en nuestra organización como un área más de desarrollo es la base del éxito de la prevención.
Para San Juan de Dios esta integración no consiste solamente en evaluaciones de riesgos, planes de emergencia, revisiones de medios de extinción de incendios o reconocimientos médicos. Para nosotros la prevención es entendida como una cultura que actúa desde el núcleo de la empresa como parte de sus cimientos. En cada empresa los riesgos varían dependiendo del sector, en nuestro caso -aunque son de diferente índole dependiendo de las funciones que realice cada trabajador en su puesto de trabajo- los que más se reiteran son los riesgos de carácter ergonómico, producidos por lesiones musculoesqueléticas derivadas del uso de pantallas de visualización de datos, durante la movilización de cargas o también al realizar la manipulación de pacientes, así como otros riesgos de tipo mecánico. Por ejemplo, pinchazos con objetos punzantes como son las agujas. Por su parte, los riesgos psicosociales son prácticamente inherentes a cualquier puesto de trabajo ya que interrelacionan directamente con el resto de riesgos y son difíciles de cuantificar, aunque estén siempre presentes.
Revisar y vigilar tanto los puestos de trabajo como las instalaciones y equipos, así como actuar lo más rápido posible, son algunas de las premisas que hacen que sea más viable poder controlar y reducir estos riesgos para conseguir también disminuir la siniestralidad, pero sin duda proporcionar a los trabajadores y trabajadoras una formación e información adecuada sobre los riesgos de su puesto de trabajo y del entorno donde lo realizan es la mejor prevención. De esta forma pueden detectarlos y gestionarlos al encontrarse con ellos directamente y saber cómo actuar en cada caso, siendo conscientes de que tienen que trabajar con confianza, pero también con cautela.
Por ello, cuando se comienza a formar parte de la empresa, se recibe una formación sobre las características de los riesgos más habituales a los que estarán expuesto y las fórmulas preventivas que debe utilizar para cada uno, como también diversas formaciones a lo largo de su vida laboral en la organización como por ejemplo en emergencias. Cabe destacar que quien más información puede aportar a la empresa sobre los riesgos de su trabajo es la propia persona. En este sentido, para evaluar estos riesgos es imprescindible entrevistarles ya que, gracias al intercambio de información, se pueden detectar posibles peligros que con la mera observación del personal técnico de prevención resultaría mucho más difícil. Escucharles es una parte muy importante para la gestión de la prevención.
También prestamos especial atención a las causas de los accidentes laborales para poder aumentar la prevención en esos focos que se producen con más asiduidad. Es importante tener claro que invertir en seguridad siempre beneficioso. La inversión en prevención tanto en recursos materiales como económicos y humanos, siempre suma dando lugar a un mejor clima laboral, al aumento de la motivación, disminución del absentismo, mejor autogestión del estrés y, en consecuencia, mayor rendimiento del personal.
Nuestra organización quiere dar un paso más hacia el estrecho compromiso que tenemos con la seguridad y la salud de todas las personas que trabajan en nuestros centros, así como en la buena gestión con otras empresas que realizan trabajos en nuestras instalaciones. Así, apostamos por una mayor integración de la prevención mediante la creación de nuestro servicio de prevención propio que verá la luz en el último trimestre del 2023. Esta transición está siendo posible también gracias al apoyo externo de nuestro servicio de prevención ajeno Quirónprevención, ya que es indudablemente un gran aliado y por tanto seguiremos contando con él en las especialidades de Higiene Industrial y Medicina del trabajo, mientras que nuestro Servicio de Prevención se encargará de la parte de Seguridad en el Trabajo y de Ergonomía y Psicosociología Aplicada.
Buscamos aplicar una prevención más cercana y palpable, que vaya más allá de la normativa preventiva, tanto a nivel de gestión como de ubicación, percibiéndose como un departamento accesible para todos, siendo ésta una de las principales ventajas de internalizar el servicio. De esta forma, serán también para el departamento mucho más visibles aquellas posibles áreas de mejora y, a su vez, para los trabajadores y trabajadoras mucho más sencillo el planteamiento de cualquier duda o cuestión relacionada con la prevención.
El Hospital San Juan de Dios de León comienza un nuevo reto con mucha ilusión mediante la incorporación de un Servicio de Prevención propio, utilizando este nuevo departamento para impulsar la cultura preventiva en todos los centros que forman parte de él y así aumentar la concienciación de la importancia de la prevención en nuestro hospital.
Leticia Álvarez García
Personas y Valores
Hospital San Juan de Dios de León