un mes de bigotes para visibilizar la salud masculina
LA SALUD EN TU DIA A DIA

REVISTA Nº 141 – DICIEMBRE 2020

Un mes de bigotes para visibilizar la salud masculina

Lápiz, piramidal, cepillo, walrus, chevron, herradura, inglés, completo, imperial… Cada año, cuando se acerca noviembre, un buen número de hombres sacrifica su barba y se deja crecer el bigote para dar que hablar. Pero, sobre todo, para transmitirle al resto de varones la importancia de cuidarse y realizarse revisiones periódicas para evitar enfermedades como el cáncer de próstata o de testículos sin dejar pasar por alto su salud mental. Y es que cada minuto un hombre se suicida en el mundo.

Esa la filosofía de Movember, la organización que nació hace 17 años en Melbourne, Australia, para recaudar fondos que aceleren la investigación de patologías masculinas con un toque de humor. Desde entonces ha conseguido 719 millones y ha financiado más de un millar de estudios a lo largo y ancho del planeta.

Así, bajo el lema «Déjate Mo, salva a un Bro», jugando con las palabras moustache y brother (bigote y hermano), ha seguido sumando euros a lo largo del penúltimo mes de este 2020 para seguir apoyando la iniciativa.

El doctor Miguel Ángel Alonso Prieto, uno de los especialistas en Urología del Hospital San Juan de Dios, incide en la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los tumores de próstata al representar “el cáncer más frecuente en el varón” por delante del colorrectal y de pulmón.

En este sentido, el experto, que destaca Movember como una importante herramienta de concienciación, habla de la necesidad de desterrar unos tabúes masculinos alimentados por el miedo y la vergüenza.

Fundamentalmente, porque la detección tardía de esta enfermedad, la quinta causa de muerte por cáncer, afecta negativamente a su pronóstico vital. “Tiene una alta tasa de curación, pero uno de cada 32 afectados fallece por esta causa”,
asegura.

Por ello, y a pesar de que un tercio de los casos de diagnostican en estadíos precoces, el doctor Alonso Prieto llama a la concienciación al precisar que un chequeo médico a tiempo marca la diferencia.

«Al cursar sin síntomas en su fase inicial, es recomendable someterse a revisiones periódicas a partir de los 50 años y desde los 45 si existen antecedentes familiares», precisa el urólogo en relación al “fuerte componente hereditario” del cáncer de próstata.

Es la única manera de localizar el tumor de una manera temprana para extirparlo quirúrgicamente con laparoscopia o cirugía robótica (con la tecnología Da Vinci) sin recurrir a la radioterapia, la braquiterapia o la hormonoterapia, prevista para los casos más avanzados.

Así, si hay un tacto renal sospechoso, el urólogo pide la prueba del antígeno prostático específico (PSA), un simple análisis de sangre, y, si procede, una biopsia.

«Como programa de cribado, el PSA -al contrario que la sangre oculta en heces para la detección precoz del cáncer de colon- no está indicado porque unos resultados alterados lo que nos indican es una mayor probabilidad», aclara el experto apuntando a otras señales de alarma como las ganas frecuentes e imperiosas de orinar, tanto por el día como por la noche, con sensación de no vaciar bien la vejiga y, a veces, pérdida involuntaria de orina.

En la provincia de León, donde el 27,4 por ciento de la población es mayor de 65 años, la incidencia del cáncer de próstata -cuyas principales secuelas pasan por la disfunción eréctil y la incontinencia urinaria- es mayor que en otras zonas de España, con 120 tumores por cada 100.000 habitantes, cuando en el conjunto del país se sitúa en torno a los 100 con 33.000 casos nuevos al año.

“Todo acto médico puede tener consecuencias. La cirugía robótica nos permite ser menos invasivos, pero a veces no podemos ser conservadores a la hora de preservar los nervios”, lamenta el especialista.

Apostar por una vida sana y alejada de tóxicos, con la dieta mediterránea como factor protector, es clave para prevenir un cáncer de próstata cuyos principales retos pasan por “aumentar la supervivencia en los casos avanzados o metastásicos”. Algo que ya es posible gracias a nuevas moléculas indicadas en las fases de resistencia a la castración.

Por otro lado, el doctor Alonso Prieto apunta a un cáncer de testículos agresivo que, pese a ver en muy pocos leoneses al año, se da en «hombres muy jóvenes ». «La autoexploración juega aquí un papel importante », concluye al término de Movember mientras celebra que los hombres den la cara inspirando donaciones, conversaciones y cambios reales.

Miguel Ángel Alonso Prieto
Especialista en Urología
Hospital San Juan de Dios de León