El 3 de diciembre se celebra el Día Mundial de las Personas con Discapacidad, pero para mí, una persona con discapacidad, ese día lo son todos. La situación que vivimos día a día, el cómo nos debemos adaptar a la sociedad, y no la sociedad a nosotros, hace que la inclusión y plena participación en ella se vea mermada. Sí, es cierto que esto ha cambiado en los últimos 15 años y ya existen recursos que trabajan por y para la consecución de sociedades más inclusivas y accesibles en todos los ámbitos, como puede ser COCEMFE LEÓN. Pero estos avances todavía son escasos, y son pequeños pasos que se dan en comparación con la rápida evolución de las enfermedades y discapacidades que nos afectan.
Cuando una discapacidad llega a tu vida, a tu casa, a tu trabajo, a tu ocio, a tus viajes, a tus consultas con el médico… son pequeñas piedras que se van encontrando en el camino y que, muchas veces, cuesta sobrellevar. Una persona con una discapacidad tiene que aprender a vivir con ella, algo que no es fácil de asumir. En muchos casos esta inclusión en la sociedad se hace más difícil dependiendo de la naturaleza de la discapacidad. En el caso concreto de las discapacidades orgánicas esa lucha se intensifica por su condición no visible, ya que están ahí pero no son perceptibles a simple vista por el resto. Es por todo esto que la labor que desde el movimiento asociativo se viene desarrollando en favor de los derechos de las personas con discapacidad es vital y ha sido clave para los avances que se han producido. Así como su continúa lucha y reivindicación, sin la cual no nos veríamos representadas.
El propio término persona con discapacidad no representa a todas las personas que la padecen, ya que en la actualidad hay una variedad de personas que padecen enfermedades crónicas, y diversas patologías que hacen que su calidad de vida se vea mermada, dificultando su plena participación en la sociedad. Pero llegan a los centros de valoración de reconocimiento de la condición de discapacidad, y se encuentran otra vez con trabas.
Se ha tardado más de veinte años en actualizar el baremo de la discapacidad. De hecho, hasta este año 2022 no se ha aprobado uno nuevo, y se regían las valoraciones por un documento elaborado en el año 1999. Hay patologías que ni siquiera existían en esa época, y aun así todavía hay muchas discapacidades principalmente orgánicas, así como enfermedades crónicas y sin cura, que han quedado excluidas.
Cuando acudes a una valoración para el reconocimiento de la situación y que te otorguen un grado de discapacidad te enfrentas a una evaluación médico-social, que se rige por este baremo que tanto ha costado actualizar. Una evaluación que se complica en el caso de aquellas discapacidades que no se ven, en la que no hay manera de demostrar cuanto dolor y fatiga tienes, o cuál es el efecto que la medicación que me tengo que tomar y que puede hacer que no pueda desempeñar mi trabajo con normalidad, ir a clase o hacerme la comida. Debemos cambiar la visión hacia las demás personas, ser más empáticas e intentar no realizar juicios de valor sin saber por la circunstancia que está pasando.
La discapacidad es un reto diario, no solo para las personas que la padecemos sino también para aquellas que trabajamos en favor de su inclusión. Supone un reto para poder realizar las tareas más básicas de la vida diaria, como levantarte de la cama, asearte, prepararte un desayuno o salir a la calle. Es un reto el poder encontrar un trabajo que se adapte a tu discapacidad, que la empresa que te contrate esté dispuesta a adecuar el puesto laboral a tus necesidades, o simplemente tenga en cuenta esas necesidades vitales para ti como persona con discapacidad. Un reto muchas veces lo es hasta poder dar un paseo, porque las ciudades no están preparadas arquitectónicamente, no son accesibles ni física ni cognitivamente. Y sí hemos avanzado, pero no todo lo rápido que desearíamos. Por ello, debemos continuar nuestra labor y apoyar a las entidades sociales que nos representan en su trabajo de visibilizarían de la situación real de la sociedad y el entorno que rodea a una persona con discapacidad.
Patricia García Fernández
Presidenta de COCEMFE LEÓN