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LA SALUD EN TU DIA A DIA

REVISTA Nº 134 – MARZO 2019

El atragantamiento

Se habla de atragantamiento cuando un cuerpo extraño (comida u objeto) se introduce en la vía respiratoria y la obstruye total o parcialmente, no dejando que el aire que entra y sale de los pulmones circule con facilidad. Esto es una situación potencialmente grave, pero recuerde que ¡usted puede ayudar!

¿Cómo actuar?

Hay tres posibles situaciones que se pueden presentar:

1. Si la persona está tosiendo, se trata de una obstrucción parcial.

  • En esta situación, se coloca a la víctima erguida y se le anima a que siga tosiendo.
  • NO se debe intentar extraer el cuerpo extraño a ciegas, ya que se puede empujar hacia adentro.

2. Si la persona no tose y se torna cianótico, pero aún está consciente, realice la Maniobra de Heimlich, para ello:

  • Coloque a la víctima erguida, con el tronco ligeramente hacia adelante para procurar expulsar el cuerpo extraño.
  • Colóquese detrás de la víctima, pasando sus brazos por debajo de las axilas, de tal forma que rodeen la cintura.
  • Cierre sus manos en forma de puño dirigiendo su pulgar en el sitio donde está “la boca del estómago“ y realice cinco compresiones bruscas, hacia arriba y atrás.

3. Si la persona pierde el conocimiento, se trata de una situación grave. Active el sistema de emergencias, llamando al 112. Lleve la víctima al suelo, colóquela boca arriba e inicie maniobras de reanimación básica: compresiones torácicas rápidas y fuertes.

Postura correcta para evitar el atragantamiento

La postura es de vital importancia, tanto para la persona que no puede tragar bien, como para quien se encarga de darle los alimentos. En aquellos casos en los que la persona con disfagia pueda estar sentada, su espalda tiene que estar recta y la cabeza ligeramente inclinada hacia delante.

Si es una persona encamada, se le incorporará lo máximo posible en la cama, con la espalda recta y la cabeza inclinada hacia delante.

También nos podemos ayudar de almohadas o toallas enrolladas para sujetarle la cabeza de forma que no se balancee. Así la persona estará más cómoda y podrá tragar más fácilmente.

En el momento en el que ingiera, la barbilla debe estar lo más inclinada posible sobre el pecho, para proteger la vía respiratoria.

Quien da de comer tiene que estar sentado a la altura o por debajo de los ojos del dependiente para evitar que se atragante al alzar la cabeza para comer.

La paciencia es una virtud y, para dar de comer, hay que desarrollarla a fondo. Sin embargo, no se deben emplear más de 30 minutos para que la persona que está comiendo no se canse.

Qué comer para evitar el atragantamiento

El atragantamiento puede suceder durante la alimentación, por lo que en personas con un riesgo elevado se deben tomar precauciones a la hora de elegir, preparar y administrar los alimentos.

Hay diferentes dietas que se pueden pautar para este tipo de personas, siempre dependiendo de sus características individuales. La dificultad se presenta cuando nos encontramos una gran cantidad de restricciones alimentarias, ya que siempre debemos suministrar una dieta completa, equilibrada y atractiva.

La dieta triturada es la más estricta. Los alimentos se administran en forma de puré, compota o crema espesa. El inconveniente es que con el paso de las semanas se vuelve monótona y repetitiva y disminuye la adherencia. Si no hay un seguimiento, puede llevar a una peligrosa disminución de la ingesta. Para evitarlo es importante tener en cuenta el sabor, color, variedad y temperatura de los platos.

Algo más permisiva es la dieta de fácil masticación, o blanda mecánica, en la que se pueden comer alimentos sólidos con características determinadas. Debemos elegir alimentos que se puedan partir con un tenedor sin aplicar prácticamente fuerza, suaves, blandos, consistentes y fáciles de manejar en la boca para formar un bolo homogéneo y lubricado. Todo con el objetivo de facilitar la masticación y deglución, y así evitar riesgos. Por otro lado, hay que evitar productos ásperos, secos o que se desmenucen con facilidad en trozos pequeños y duros como son frutos secos, ciertos panes, calamares, sepia, quesos muy secos, verduras crudas, frutas verdes y carnes fibrosas con pieles o tegumentos.

Diana Milena Ramírez Medina
Médico de Urgencias
Julia Merayo Asensio
Dietista-Nutricionista
Victoria Álvarez Suárez
DUE. Supervisora de Urgencias
Hospital San Juan de Dios de León