Mayor implicación de la comunidad
El centro, que tiene una superficie de 10.200 metros cuadrados, contará con un total de 70 plazas residenciales a las que se vendrán a sumar otras 30 repartidas en seis pisos, dos en San Andrés del Rabanedo y cuatro en León. “Esperamos que el proyecto consiga una mayor implicación de la comunidad local, que los vecinos participen en muchas de nuestras actividades y, de esta manera, conseguir una integración efectiva”, ha precisado Alicia Muñoz Fernández, trabajadora social de un programa que la Orden Hospitalaria también desarrolla la Llar Sant Joan de Déu – Fundació Germà Tomàs Canet de Manresa, Ciempozuelos, Palencia, Valladolid, Mondragón, Motril y Sevilla.
El Programa de Protección Internacional (PPI) ha acompañado en 2022 a 193 personas -133 adultas y 60 menores- de 24 nacionalidades distintas.

En este punto, y con el objetivo de tender puentes, el gerente del Hospital San Juan de Dios de León, Juan Francisco Seco, la secretaria de Dirección del centro, Susana Pastrana, y la coordinadora del Programa de Protección Internacional (PPI), Dolores Queiro, ya han mantenido una reunión con Charo Nuñez y Geli Santos, presidenta y tesorera de la Asociación de Vecinos San Antonio de Padua, que tiene bajo su paraguas a 150 familias del barrio de Armunia.
“Hemos contratado a una persona con perfil sociocomunitario para trabajar en aspectos relacionados con el ocio y la participación ciudadana”, ha señalado al respecto Queiro sin dejar pasar por alto que, en un futuro, “la idea es contar con un huerto urbano”. “Tenemos también una cancha de baloncesto, así como pistas de vóleibol y fútbol, una sala de televisión y usos múltiples, un salón de juegos con billar, futbolín, diana y mesa de ping pong, una biblioteca, dos aulas de idiomas y un comedor”, ha indicado Queiro sin olvidarse del “maravilloso teatro” con 164 plazas.
En este sentido, el pasado 3 de enero, a las 18.00 horas, tuvo lugar el espectáculo ‘Alegría’ a cargo de La chistera mágica, cuyos magos -Olga Maslovska y Jorge Prieto- fueron los responsables del festival ‘San Andrés qué mágico es’. Un show donde el público, el principal protagonista, pudo sentir la magia de Navidad en sus manos.
Dieciocho meses y dos fases
El Programa de Protección Internacional (PPI) tiene una duración de 18 meses y se estructura en dos fases: acogida temporal y preparación para la autonomía gracias al diseño de itinerarios personalizados de inserción sociolaboral. Y es que la llegada de una persona refugiada a un país de acogida no supone el fin de su calvario. Aunque comienzan otra vida, lejos de la tierra de la que escapan, las personas solicitantes de asilo se exponen a una serie de obstáculos en su nuevo destino. Entre ello, el acceso al mercado laboral. Tener un trabajo proporciona, no solo los medios necesarios para la subsistencia propia y de sus familias. Sino también una garantía que les aleja del riesgo de caer en la exclusión social.
Hemos contratado a una persona con perfil sociocomunitario para trabajar en aspectos relacionados con el ocio y la participación ciudadana.
Además, el PPI cuenta con un grupo de mujeres y de personas LGTBI+ en el marco de “un espacio de seguridad donde abordar las problemáticas que afectan al colectivo”. Porque en muchas partes del mundo, las personas experimentan violencia y persecución debido a su orientación sexual -real o percibida- o su identidad de género.
Raquel Santamarta González
Responsable de Comunicación y Marketing
Hospital San Juan de Dios de León