La AECC cumplirá próximamente 65 años de vida en León. ¿Qué balance hace de todo este tiempo?
En los años 50 todo funcionaba a golpe de dictadura, pero un empresario, José Biosca, se cruzó con el cáncer cuando recogió en la carretera a una mujer sin recursos que viajaba a Madrid a ver a su hijo. Su historia le conmovió y a partir de entonces utilizó sus contactos para crear una asociación con la idea de ayudar a los enfermos oncológicos sin recursos que necesitaban un diagnóstico y un tratamiento. Cuatro años más tarde se abrió una sede en León en la avenida Independencia y se comenzó a buscar financiación, principalmente a través de unas cuestaciones que hoy son simbólicas. Dos tercios de nuestros ingresos provienen de las aportaciones de nuestros más de 6.000 socios y se complementan con el Sorteo Extraordinario de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) de la Lotería Nacional, así como con distintas iniciativas solidarias y apoyos públicos como las subvenciones de la Junta para el desplazamiento, manutención y alojamiento de pacientes oncológicos que, como los bercianos, necesitan un tratamiento de radioterapia que no tienen en su comarca.
En comparación con otro tipo de enfermos, los oncológicos han sido mejor tratados durante la pandemia. En el Hospital de León tenían una entrada específica para ellos
¿Ha agravado la pandemia la situación económica de los pacientes? ¿Qué tipo de ayudas demandan?
En los años 2020 y 2021 hemos detectado una gran cantidad de necesidades de tipo social en las personas que atendemos. Durante este periodo hemos triplicado unas ayudas económicas destinadas al pago de suministros y a la compra de alimentos, entre otras cuestiones.
Los primeros pasos de la AECC abrieron camino a iniciativas pioneras como el cribado de cáncer de mama o la puesta en marcha del registro de tumores en 1992, un censo clave para poder realizar poder hacer estudios epidemiológicos y poner en marcha campañas de prevención. ¿Cómo está funcionando tres décadas después?
La AECC ofreció a un administrativo para poner en marcha un sistema de información en el servicio de Anatomía Patológica sobre los casos de cáncer que se producían en la provincia y así contar con un mapa detallado. Eso nos ha permitido observar que el de colon es el que mayor incidencia tiene en la línea que va a Astorga-La Bañeza-Benavente. Se achacaba a los productos ahumados. Sin embargo, en la montaña, donde más se consumen, vimos que no había tantos casos. Luego se lanzó una investigación centrada en el estudio de las características físicas y químicas del agua potable que se usaba en el sureste, pero al final no salió adelante. Nos ha quedado pendiente.
Los tumores gástricos y pancreáticos representan dos de cada diez tumores, a los que hay que sumar los casos de cáncer colorrectal. Estamos hablando de más de un tercio de los pacientes. ¿Hasta qué punto somos los que comemos y bebemos?
La alimentación y la actividad física son factores de prevención claves. Una vida demasiado sedentaria aumenta el riesgo de sufrir cáncer.
La asociación también fue pionera en poner en marcha el voluntariado en los hospitales, que funciona desde 1993, y los cuidados paliativos. La Secpal ha tachado de “mínimos” la estrategia de Sanidad para llegar a todos los pacientes en la fase final de su vida. ¿Sigue siendo una necesidad no cubierta?
Todos nuestros voluntarios –unos 175 en la provincia- ofrecen algo que es muy valioso: su tiempo, un tiempo que en el caso de los pacientes con cuidados paliativos se agota. Los voluntarios que visitan a estos enfermos, en la fase final de su vida, están hechos de una pasta especial y hacen una labor que es impagable. Este tipo de asistencia sigue sin llegar a todos aquellos que lo necesitan. Eso es una realidad.
El programa ‘Primer Impacto’ tiene como finalidad favorecer la adaptación a la enfermedad del paciente y de sus familiares. Imagino que para una noticia así nunca se está preparado.
Cuando a una persona le dicen que tiene cáncer, el mundo se le viene encima. Se pregunta, ¿qué pasa conmigo ahora?, su cabeza no deja de dar vueltas y empieza a reestructurar su agenda. Yo me forzaba a leer libros y no pasaba del primer párrafo. Más del 60 por ciento de los pacientes necesitan una atención psicológica o contar con el voluntariado testimonial para escuchar diferentes experiencias cercanas a las suyas. Es importante que sepan que no todos los cánceres son mortales.
Se está trabajando en una biopsialíquida que puede detectar la presencia de ADN canceroso en la sangre. Esto parece ciencia ficción, pero lo veremos en breve
Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer a lo largo de su vida. Ante esta realidad, ¿sería necesario hacer más esfuerzos en prevención tanto primaria como secundaria?
El mejor cáncer es el que no tienes. Y para eso es clave la anticipación. A aquellos que tienen muchos boletos para padecer un cáncer de pulmón porque son fumadores, les ofrecemos programas de deshabituación tabáquica a lo largo de todo el año. La pandemia dio al traste con la actividad presencial, pero decidimos continuar con las sesiones online. Y la experiencia ha sido interesante porque nos ha permitido llegar a más personas.
La AECC en León puso en marcha el proyecto ‘Conectablets’ con el fin de humanizar la estancia hospitalaria de las personas con cáncer. ¿Cómo ha resultado la experiencia?
La presencia del voluntariado en los hospitales se vio comprometida con la COVID-19 y surgió la idea de crear una plataforma que luego se fue extendiendo a todo el territorio nacional por su buen resultado. Se programaron una serie de contenidos relacionados con el proceso de enfermedad, pero también de distracción, acompañamiento e interacción con los servicios de la AECC para poder realizar cualquier consulta las 24 horas del día.

Los enfermos de cáncer son población de alto riesgo frente a la COVID-19 por tener reducidas las defensas inmunológicas. ¿Considera que se les ha prestado una buena atención durante esta pandemia?
En comparación con otro tipo de enfermos, los oncológicos han sido mejor tratados porque los médicos que les han atendido han hecho un esfuerzo extraordinario. En el Hospital de León, por ejemplo, tenían una entrada específica para ellos. Lo que sí que es cierto es que, ante la presión asistencial y el miedo de los propios pacientes, el retraso diagnóstico de muchos cánceres ha sido un hecho. Además, los programas de cribado de mama y colon se paralizaron.
El cribado de cáncer de colon se impuso en la sanidad pública después de años de reivindicación. Sin embargo, un 60% de los leoneses aún no se ha adherido al programa. ¿Por qué cree que no están acudiendo a la llamada?
Es algo en lo que estamos trabajando para poder revertir la situación y que las cartas no queden aparcadas en un cajón. De un seis a un siete por ciento tiene un positivo tras un test de sangre oculta en heces, una prueba no invasiva que solo cuesta dos euros. De ese porcentaje, tras la realización de una colonoscopia (unos 200 euros), a entre un nueve y un once por ciento se les detecta un pólipo (30%) o un tumor (70%). Pero de los tumores solo un 8,6 por ciento son de alto riesgo y un 3,5 por ciento invasivo. Y un tratamiento de cáncer colorrectal tiene un coste anual de 20.000 euros. Con esto quiero decir que la detección precoz salva muchas vidas y ahorra mucho dinero público.
Usted tenía 55 años cuando le detectaron un tumor en el colon, una tipología especialmente relevante en la provincia de León y sobre la que, posteriormente, ha iniciado una investigación científica. Con la perspectiva que da el tiempo, ¿cómo recuerda aquel trance?
Yo empecé a notar que algo pasaba cuando iba al baño. Al mes, y después de forzar mi cuerpo en mis salidas al campo, cuando hacíamos el seguimiento de los incendios forestales, decidí consultar al médico sin tener ningún otro síntoma. Entonces el doctor Francisco Jorquera, que es presidente del comité técnico de la asociación, me diagnóstico un tumor tras una colonoscopia que, afortunadamente, se cogió a tiempo. Hay gente que llega muy tarde.
¿Es el cribado de cáncer de pulmón una asignatura pendiente de España?
Se ha avanzado bastante en la implantación de este cribado. Además, se está trabajando en una biopsia líquida que puede detectar con precisión la presencia de ADN canceroso en la sangre. Esto parece ciencia ficción, pero lo veremos en breve.
En 2022 la AECC ha firmado con la Universidad de León (ULe) un convenio para impulsar el proyecto ‘Espacios sin humo’. ¿Cómo se va a concretar esta iniciativa?
Está comprobado que el tabaco causa 16 tipos de cáncer, entre ellos el 80% de los tumores de laringe y pulmón. El objetivo es tratar de reducir la exposición al humo. Cada persona es muy libre de hacer con su cuerpo lo que quiera, pero aquellos que no fuman no tienen por qué respirar su humo. Y mucho menos los menores de edad. Pretendemos mejorar la calidad de vida de toda la comunidad universitaria y aumentar la calidad ambiental del entorno académico.
La primera beca de investigación de la Junta Provincia de León, en colaboración con la Universidad de León, fue en 2015. En siete años se han destinado 1,1 millones de euros. ¿Cree que España podría invertir un mayor porcentaje de su producto interior bruto (PIB) en ciencia?
Hay varias líneas de investigación abiertas -en hepatocarcinoma y glioblastoma, el cáncer cerebral más agresivo- que se están desarrollando en el Instituto de Biomedicina (IBIOMED) de la Universidad de León (ULe) gracias a las becas de la AECC. Por supuesto que España podría y debería invertir más en ciencia.
A Santiago contra el Cáncer está a punto de superar los 350.000 euros de recaudación en sus doce ediciones. ¿Hacen falta más iniciativas de este tipo?
Siempre hacen falta. A Santiago contra el Cáncer consigue una recaudación muy fuerte, a pesar de que lo mueven unos pocos. La Marcha Popular de la Esperanza en La Bañeza también consiguió reunir casi 52.000 euros este año. Y nos acaban de llamar de otro pueblo para hacer algo similar.
En una entrevista reciente aseguraba que “esta pandemia es una llamada de atención para reducir la presión sobre los ecosistemas”. ¿Hemos aprendido algo como sociedad?
Me gustaría pensarlo. La degradación de los ecosistemas ya se manifiesta de manera agresiva y a todos los niveles. Un ejemplo de ello son las olas del calor que hemos tenido este verano.
El test de Estanislao de Luis Calabuig
Una ciudad_ Salamanca
Un rincón_ El Patio de Escuelas de la USAL
Un lugar para perderse_ Picos de Europa
Un colega de profesión para salir de cañas_ Tengo unos cuantos, muchos de ellos de El Bierzo
Un deporte_ Senderismo
Un vicio (confesable)_ El trabajo
Su mayor defecto_ Soy demasiado yo
Su mayor virtud_ Soy buena persona
Le gustaría parecerse a_ Mi padre
Un grupo musical o cantante_ Me gusta la música clásica
Un libro_ Cualquiera de ciencia de ficción
Un medio de transporte_ Mis zapatos