El Centro de Rehabilitación Psicosocial (CRPS) del Hospital San Juan de Dios de León, que abrió en enero de 2001 como un dispositivo concertado con la red pública, ha cumplido dos décadas avalada por la certificación ISO 9001. “Evaluar la gestión de la calidad en el sector sanitario es difícil y en salud mental lo es aún más. A veces haciendo un buen trabajo, el paciente puede no valorarlo, porque en una fábrica de coches podemos hablar de piezas defectuosas en la cadena, pero en un CRPS como éste –el primero que se certificó en España con la ISO 9001- todo es muy subjetivo”, asegura su psicólogo y coordinador, Miguel Yugueros Alonso (León, 1969).
“Hice un curso de formación en Valladolid antes de definir los procesos que intervienen en la atención a las personas con una enfermedad mental crónica, porque partíamos de cero, y había que establecer una serie de indicadores de calidad: encuestas de satisfacción, tiempo medio de acceso al CRPS desde la derivación, inserciones sociolaborales al alta…”, recuerda echando un vistazo atrás en el tiempo. Corría el año 2003 y el final de la reforma psiquiátrica en España, iniciada en 1984 con el objetivo de pasar del encierro a la inserción, estaba muy cerca.
“En un trabajo como el nuestro, la ISO 9001 te proporciona una estructura al delimitar las funciones de cada uno y te ayuda a pensar siempre en cómo hacer mejor las cosas desde ese enfoque de mejora continua. En este sentido, nos permite muchas veces anticiparnos a las diferentes situaciones que se pueden dar para eliminar posibles fallos, errores o riesgos”, celebra Yugueros Alonso que, con anterioridad, trabajó en Alfaem, actual Asociación Salud Mental León, tras licenciarse en Psicología por la Universidad de Salamanca (1993), una carrera que eligió ante la necesidad de “ayudar a los demás en momentos bajos o difíciles de la vida”.
El CRPS, que ha acompañado a cerca de 800 personas con enfermedad mental crónica en su proceso de recuperación en estos más de veinte años, se certificó con la norma ISO 9001:2000, pasó por la transición de 2008 y, actualmente, está bajo las directrices de la versión 2015. “En la nueva norma esa cultura preventiva ya está interiorizada y se da mucha importancia al contexto en el que te mueves, lo que sería el análisis ‘DAFO’ para explorar el entorno interno (fortalezas o debilidades) y externo (oportunidades o amenazas)”, expone agradeciendo tanto a Luis Serrano como a Inés Valle su ayuda en este camino.
Sus usuarios ingresan voluntariamente en un programa que se prolonga, en algunos de los casos, hasta el año. La rehabilitación psicosocial es como un entrenamiento para el retorno a la vida normalizada después de episodios agudos. Cada persona tiene su Programa Individual de Rehabilitación (PIR) que marca todo el trabajo tanto dentro como fuera del centro. “La terapeuta ocupacional (Alba Laso) se encarga de un programa de habilidades sociales que pasa por entrenar al usuario en la adquisición y/o recuperación de repertorios conductuales, verbales, paraverbales y cognitivos. Estamos hablando de saber cómo empezar una conversación o abordar un problema con alguien. Es volver a poner en práctica cosas que sabían hacer”, explica Yugueros Alonso.
“Intentamos gestionar la lista de espera lo más rápido posible y, tras una valoración por parte del equipo, establecemos los objetivos dentro de cada uno de los diez programas con los que contamos”
El requisito es que tengan un diagnóstico de enfermedad mental crónica grave y prolongada y que tomen el tratamiento prescrito que les permita seguir el programa de rehabilitación. Quedan desestimados los casos en los que confluya el consumo de drogas y/o que tengan conductas disruptivas que no les permita adaptarse a las actividades de grupo. “Intentamos gestionar la lista de espera lo más rápido posible y, tras una valoración por parte del equipo, establecemos los objetivos dentro de cada uno de los diez programas con los que contamos”, pone de relieve.
El perfil de los pacientes que llegan es muy variado: hay universitarios con experiencia laboral, usuarios con familia… Según cada caso, se busca al alta que hagan alguna actividad ocupacional, que retomen su formación o que apuesten por insertarse en el mercado de trabajo de nuevo. “Se trata de que no pierdan nada de lo que han ganado desde la necesaria conciencia de enfermedad”, afirma.
El papel de las familias
El papel de las familias en la lucha contra el estigma que pesa sobre las personas con una patología mental es clave. “Las crisis y altibajos que tiene una persona con enfermedad mental afectan a todo su entorno. Normalmente son los padres los que están ahí. Es más complicado cuando no hay progenitores”, asegura. En este sentido, en el programa de psicoeducación familiar se les ofrece información, asesoramiento y apoyo individualizado. “Les ayudamos a entender la enfermedad mental, con todo lo que supone, buscando su participación en el proceso rehabilitador y generando estrategias para que puedan afrontar mejor el estrés”, apostilla.

El trabajo en equipo lo es todo. “Al margen de Alba y de mí, hay dos monitores (Goyo González y Sacha Martín) y una trabajadora social (Laura Delgado). Tenemos que darle la misma orientación al PIR y no dar palos de ciego. Todos los días, a primera hora de la mañana, tenemos una reunión de coordinación”, señala Yugueros sin olvidar que, con el resto de recursos de la red de salud mental de León, hay línea directa, porque “una llamada evita muchos problemas”. “Nosotros no tenemos psiquiatra, pero tenemos una comunicación muy fluida con el equipo de salud mental”, pone como ejemplo.
“Las crisis y altibajos que tiene una persona con enfermedad mental afectan a todo su entorno. Normalmente son los padres los que están ahí. Es más complicado cuando no hay progenitores”
El voluntariado en el CRPS es relativamente reciente. “Actualmente, contamos con una (Carmen) que acompaña a una usuaria que tan solo necesita que alguien tire de ella. Lo que le cuesta es ponerse en marcha, pero una vez que sale a la calle está encantada”, indica en una invitación -a todo aquel interesado- a ponerse en contacto con Laura Abril, responsable de Solidaridad del Hospital San Juan de Dios de León: laura.abrila@sjd.es.
Raquel Santamarta González
Responsable de Comunicación y Marketing
Hospital San Juan de Dios de León