
Medicina interna. Unidad de hígado y alcohol
La medicina interna es la especialidad médica que estudia al adulto enfermo de forma integral, con especial dedicación a los aspectos clínicos del paciente, considerando toda enfermedad como una alteración funcional del organismo.
La Unidad de Hígado y Alcohol tiene cometido doble. De una parte, valorar la enfermedad hepática, sea proveniente de su posible relación con el alcohol u otras causas; de otra parte, valorar la posible afectación alcohólica a otros niveles orgánicos al margen de la afectación hepática.
El especialista
Dr. Juan Llor Baños
Especialista en medicina interna. Grado de Doctor por la Facultad de Medicina Universidad de Navarra. Adjunto de Medicina Interna Hospital Universitario de León (1990-2018). Profesor Invitado de Formación Clínica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. Profesor encargado de prácticas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. Tutor de Residentes en el Servicio de Medicina Interna Hospital Universitario de León. Subespecialidad en hepatopatías, con una consulta específica. Iniciador y Coordinador de la “Unidad Hígado y Alcohol” en el Hospital Universitario de León (2004-2018). Encargado del Programa de Formación Médica Continuada en el Hospital Universitario de León (2000-2018). Publicaciones nacionales e internacionales en revistas y congresos. Dirección de Curso Monográfico de Doctorado sobre “Enfermedades Hepáticas».
La técnica
Patologías más frecuentes
El campo de actuación del especialista de medicina interna es muy amplio, se podría decir que abarca todas las enfermedades no quirúrgicas. Tiene entre su cometido principal la valoración del proceso patológico que presenta el enfermo en su conexión entre lo local y lo sistémico, y la integración de las diferentes áreas de conocimientos que se generan en torno a la una enfermedad.
El ejemplo del enfermo alcohólico viene aquí muy a propósito, para objetivar mejor lo dicho. Así, el enfermo alcohólico, precisa desde el primer momento la visión global que proporciona la medicina interna, porque no está exento, y es frecuente, que presente alteración en una variedad importante de órganos y sistemas. De forma muy parecida cabría hablar del enfermo diabético, hipertenso, y de la enfermedad bronquial, entre otras muchas.
La medicina interna, a su vez, es crucial también por su función integradora. La medicina interna ve al paciente en su conjunto, sirviéndose en muchas ocasiones de las importantes valoraciones que suministran las otras especialidades. Volviendo al ejemplo del enfermo alcohólico, dicho paciente es frecuente que para conseguir su adecuado tratamiento precise ser valorado no sólo por su posible enfermedad hepática, sino que muy posiblemente precise muchas más valoraciones: estado nutricional, sintomatología nerviosa, etc.
Técnicas y pruebas diagnósticas más utilizadas
En toda la medicina, las pruebas básicas como la anamnesis y la exploración son las imprescindibles, y las más útiles, para ayudar al paciente. En el caso de la medicina interna se convierten en las pruebas cruciales. Posteriormente, son también importantes la analítica y otras pruebas de imagen, funcionales, o anatomía patológica, para completar los datos de la anamnesis y la exploración.
Por referirnos, una vez más, al enfermo alcohólico es un ejemplo paradigmático. Es innegable que para su adecuada orientación médica se debe practicar una detenida valoración de los síntomas que refiere, pasados y actuales, junto a una exploración lo más precisa. Luego será muy conveniente la analítica, y en su caso las pruebas de imagen, para definir el diagnóstico, pronóstico y tratamiento más acorde con su situación actual.
Por supuesto, el enfermo en medicina interna, precisa con frecuencia de la colaboración de las otras especialidades, principalmente del área médica, pero también de las especialidades quirúrgicas. El enfermo con gran frecuencia se beneficia, y debe beneficiarse, de la red de interconexiones que le facilita la medicina interna con las demás especialidades.
la entrevista
¿Desde cuándo trabaja en el Hospital San Juan de Dios de León?
Mi incorporación es muy reciente, principios de septiembre de 2018.
Como se puede ver, es muy prematuro valorar el balance. Pero desde el primer momento, he percibido un ambiente acogedor y de colaboración, que hace fácil pensar que el trabajo se desarrolle con muy buenas perspectivas. Tengo la impresión de que he llegado a un excelente equipo.
¿Cuál es el perfil de sus pacientes y la patología más común?
Provienen de todo el espectro de la medicina interna. Decir que también me he dedicado, desde hace tiempo, al seguimiento de pacientes de patología hepática, esté o no relacionada con el alcoholismo, y a enfermos que de por sí sufren por causa del alcohol. Son pacientes, estos últimos, que normalmente precisan una asistencia médica mucho antes de lo que suelen acudir a ella. Tengo experiencia suficiente para poder decir que esos pacientes cuanto antes acudan a la consulta médica la evolución de su cuadro se puede beneficiar de forma muy significativa. Hay que tener en cuenta que la patología alcohólica genera más de una veintena de enfermedades diferentes, entre las que destacan las de nivel cerebral, psicológico, orofaríngeo, hemático, corazón, hígado, estómago, y páncreas.
¿Alguna anécdota o curiosidad?
Pienso que son muchas las lecciones que uno recibe de los pacientes, la mayoría de las ocasiones de forma ordinaria. A veces esas lecciones se hacen como más evidentes. Recuerdo que hace años me encontré un día paseando por la calle, a primeras horas de la mañana, con un paciente al que seguía con buena evolución en su tratamiento por alcoholismo, y al presenciar el lamentable espectáculo que estábamos contemplando, de unos borrachos tirados por el suelo, junto a cristales de botellas rotos, emitiendo palabras inteligibles, etc., me dijo en confidencia: “mire Dr. a estos…, pues yo era peor”. Este paciente que me decía eso está hoy en día rehabilitado de su dependencia alcohólica. Pienso que ejemplos así, hacen que el médico refuerce la lucha y esperanza en el trabajo diario por sus pacientes.
Dentro de su especialidad, ¿hay alguna enfermedad que podría evitarse?
El ejercicio de la medicina no puede asegurar resultados, pero sí tiene que garantizar el esfuerzo por intentar solucionar, o al menos resolver de la forma más adecuada, los cuadros clínicos de sus pacientes. Un campo muy importante al que pienso que se le debe prestar cada vez más atención es el de la prevención. Con los estudios de prevención son muchas las enfermedades que podemos evitar o, al menos, reducir su impacto muy significativamente. Esa política de prevención, por ejemplo en el alcoholismo, es de una gran eficacia.