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EL ESPECIALISTA

REVISTA Nº 112 – SEPTIEMBRE 2013

La otorrinolaringología, conocida muchas veces como ORL, es la especialidad médica y quirúrgica que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que afectan al oído, la nariz y la garganta.

Estos órganos, situados anatómicamente cerca unos de otros, pueden verse afectados por la misma enfermedad. Es por esto por lo que son valorados conjuntamente por un solo especialista.

EL ESPECIALISTA

Rafael Pérez González

Nacido en Valencia de Don Juan, cursa sus estudios de medicina en la Universidad de Oviedo. En 1996 obtiene el título de Especialista en Otorrinolaringología tras realizar su periodo de formación M.I.R. en el Hospital Clínico de Valladolid. A partir de entonces ha desarrollado su actividad asistencial en la ciudad de León, formando parte del servicio de otorrino del Hospital Universitario de León desde el año 1999 y desde hace 3 años en el Hospital San Juan de Dios.

la técnica
maniobra de semont

El vértigo posicional es una enfermedad que cursa con episodios cortos, de tan sólo unos pocos segundos de duración, de vértigo o sensación de giro del entorno, que se desencadenan siempre que el paciente adopta determinadas posiciones con el cuerpo y/o la cabeza (echarse en la cama o mirar hacia arriba, sobre todo).

La causa es el desprendimiento de unas pequeñas partículas llamadas otolitos que se encuentran sobre la superficie de los órganos receptores vestibulares, que son los encargados de enviar la información de la posición de nuestro cuerpo en relación con el espacio a otros puntos del sistema nervioso central. Cuando estos otolitos se sueltan y el paciente toma una determinada posición, caen sobre zonas del órgano del equilibrio sobre las que provocan una estimulación anómala, originando la sensación de vértigo.

Su diagnóstico se realiza viendo el movimiento involuntario que aparece en los ojos cuando desencadenamos el vértigo al echar al paciente hacia atrás. Esta maniobra fue descrita por Epley en 1980.

El tratamiento de esta enfermedad es muy sencillo y consiste en realizar la “maniobra liberalizadora de Semont”. Con el paciente echado, modificamos la posición del cuerpo y la cabeza en un sentido tal, que llevamos esas partículas a regiones “inertes” del órgano del equilibrio en donde no producen estimulación. Sólo con realizar esto una sola vez conseguimos que el paciente cure su vértigo en ese mismo momento.

la entrevista

¿Después de tres años trabajando en el Hospital San Juan de Dios, cuál es tu balance?

Muy positivo. Para mí el poder hablar con mis pacientes el tiempo necesario y explorarlos de manera detallada sin la presión de tener que verlos mal y rápido, como ocurre en casi todas las consultas dependientes del Sacyl, me permite disfrutar de mi trabajo y atender a las personas como se merecen. Además, el Hospital San Juan de Dios me ha ofrecido unas instalaciones, tanto en consulta como en quirófano, que me posibilitan realizar mi labor médica y quirúrgica con todas las garantías para mis pacientes.

¿Por qué decidiste ser otorrinolaringólogo?

Desde siempre lo que más me atrajo y lo que motivó mi elección fue el oído. Nadie puede dudar que los órganos de los sentidos, los instrumentos que nos permiten interactuar con las personas y el medio que nos rodea, son una parte trascendental del cuerpo humano. El oído alberga dos de ellos, el sentido de la audición y el sentido del equilibrio. Todos conocemos los problemas que provocan en nuestra vida diaria las enfermedades que los afectan.

Sin embargo, da la impresión que la gente tiene mayor conocimiento de las enfermedades relacionadas con la audición que con los problemas del equilibrio o del vértigo.

Sí, estoy totalmente de acuerdo. Quizás se deba a que el oído, como la vista, se han considerado siempre como sentidos, digamos, de primera clase, mientras que sentidos, como el olfato, el gusto o el tacto, serían menos importantes. Pero, curiosamente, las alteraciones del equilibrio son la tercera causa más frecuente por la que los pacientes entre 65 y 75 años acuden a su médico y la primera en los mayores de 75. Teniendo en cuenta que en León la población está muy envejecida, no cabe duda de la importancia que este problema de salud tiene en nuestro entorno sanitario.

Y de las enfermedades que producen vértigo, ¿cuáles destacarías?

En el caso del anciano, el síntoma vértigo o mareo es muy común, y puede estar originado por múltiples causas, muchas de las cuales se suman. Por ejemplo, las enfermedades cardio-vasculares, las pérdidas momentáneas de riego sanguíneo en el cerebro o las alteraciones metabólicas como la diabetes pueden provocar problemas en el equilibrio o mareos. Sin embargo, la causa más común de inestabilidad en el anciano es el deterioro progresivo por la edad del sistema del equilibrio, considerando que éste no está sólo constituido por el órgano situado en el oído, sino también por todas las conexiones que establece con el cerebro, los ojos, las sensaciones táctiles de los pies y un largo etcétera. La complejidad de este sistema es extraordinaria. Luego existen enfermedades que afectan de manera más localizada al órgano del oído, como son la Enfermedad de Meniere o el vértigo posicional. Como se ve, el tema del vértigo es tremendamente complicado.

Pero me imagino que, como en otros ámbitos de la medicina, los adelantos técnicos de los últimos años hayan mejorado de manera sensible el pronóstico en estos pacientes.

Por supuesto que sí, pero más que con el desarrollo de nuevas tecnologías, con una mejor comprensión del funcionamiento del sistema del equilibrio. Tal es así, que a día de hoy, una detallada entrevista con el paciente y una meticulosa exploración permiten diagnosticar la enfermedad que produce el vértigo y así tratarla de forma idónea, según sea el caso. Otro ejemplo clarificador de cómo a veces los adelantos médicos no van parejos a las innovaciones tecnológicas ha sido cómo se diagnostica y trata el vértigo posicional, una de las enfermedades más comunes que cursan con este síntoma y cuyo tratamiento es muy sencillo.

¿En qué sentido?

Es tan sencillo que, incluso como anécdota, diré que en una ocasión traté a un paciente que lo padecía por teléfono, concretamente a mi cuñado. Hizo unos cambios de posición sobre la cama tal como le dije y se curó. Obviamente, este tipo de vértigo es muy particular, pero nos da una idea de cómo son muchas veces los descubrimientos en medicina.