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EL ESPECIALISTA

REVISTA Nº 111 – JUNIO 2013

La urología es la especialidad médico-quirúrgica que se encarga de las patologías del aparato genital masculino, así como de las enfermedades quirúrgicas del aparato urinario en general y del retroperitoneo. Por lo tanto, no está circunscrita únicamente al hombre, puesto que cualquier patología susceptible de ser intervenida en el aparato urinario de la mujer, también forma parte del ámbito del urólogo, como la patología tumoral, la litiasis, la incontinencia urinaria, etc.

EL ESPECIALISTA

Miguel Ángel Alonso Prieto

Licenciado en Medicina por la Universidad de Cantabria (Hospital Universitario Marqués de Valdecilla). Médico Interno Residente del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid (Universidad Complutense de Madrid), hasta el 2007. Actualmente adjunto del Servicio de Urología del Complejo Asistencial Universitario de León, Urólogo en el Hospital San Juan de Dios de León y actual Vocal de actividades científicas de la Asociación Castellano Leonesa de Urología. Miembro de la Asociación Española y Europea de Urología.

la técnica
láser de tulio

La principal técnica reseñable y con mayor novedad, es el tratamiento de la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) mediante láser. La HBP es una enfermedad progresiva en la que la próstata va aumentado de forma benigna su tamaño, dificultando la salida de orina desde la vejiga, dando lugar a una micción entrecortada, con chorro flojo, siendo necesario ir en varias ocasiones, e incluso levantarse repetidamente por la noche. Clásicamente si la próstata era inferior a 70-80 cc, se realizaba una resección transuretral (RTU) mediante la cual se reseca, con electrocoagulación, el tejido prostático, precisando entre tres y cuatro días de ingreso con sonda vesical. Cuando la próstata era más grande, por encima de los 80 cc, se realizaba habitualmente una cirugía abierta, una adenomectomía prostática, por la cual se precisa un ingreso aun más largo, de entre cinco y seis días, y con una mayor tendencia al sangrado.

Las técnicas con láser, han demostrado conseguir los mismos resultados que las técnicas previamente descritas, pero acortando la convalecencia y el sangrado postoperatorio. En ese sentido, uno de los láseres más prometedores es el láser de Tulio. Se trata de un láser mucho más versátil, y respecto al cual ha sido publicado un artículo en la prestigiosa publicación ‘European Urology’ en el mes de mayo, mostrándolo como el más prometedor de los láseres actuales.

Otra vertiente importante que ha tenido un franco desarrollo en los últimos años son las técnicas mínimamente invasivas, tanto las técnicas laparoscópicas como las técnicas endourológicas, donde también pueden aplicarse las tecnologías láser.

Hoy en día podemos abordar la mayoría de las patologías tumorales y no tumorales por la vía laparoscópica, pudiendo realizar prostatectomías radicales laparoscópicas, nefrectomías, nefrectomías parciales, y cistectomías. Las ventajas son evidentes, con un menor grado de agresión, menor sangrado, minimizando la incisión y favoreciendo la recuperación postoperatoria.

A su vez, puesto que la vía urinaria es hueca, ha permitido el desarrollo de lo que denominamos Endourología, que consiste en la introducción, dentro de la via urinaria, de cámaras digitales de escaso calibre para diagnosticar y tratar determinadas patologías, principalmente la litiasis.

Antiguamente, los cálculos en la vía urinaria que no eran fragmentados con litotricia extracorporea, precisaban cirugía abierta. Hoy en día con instrumentos llamados ureterorrenoscopios, podemos acceder, a través de la uretra, a los uréteres y riñón, pudiendo fragmentar con láser los cálculos allí albergados.

El tratamiento de los cálculos a nivel renal es lo último y más novedoso en el desarrollo de la endourología, ya que ha precisado del desarrollo de un aparataje francamente delicado, los llamados ureterorrenoscopios flexibles. La tecnología digital, ha permitido que éstos sean más finos y con una mejor calidad de imagen, permitiendo el desarrollo de estas técnicas el abordaje de grandes cálculos o tumores de vías renales. Esto es la Cirugía Intrarrenal Retrógada (RIRS, son sus siglas en inglés).

Dentro de estas técnicas endourológicas se encuentra también la nefrolitotomía percutanea, que permite tratar grandes cálculos a nivel renal, accediendo con una cámara puncionando directamente el riñón (percutaneamente).

En resumen, los principales avances en urología han ido encaminados a minimizar las incisiones y, por lo tanto, la agresión quirúrgica al paciente, siendo así esta especialidad, una de las especialidades en las que más se han desarrollado las técnicas  mínimamente invasivas.

la entrevista

¿Desde cuándo trabaja en el Hospital San Juan de Dios?

Empezé la actividad en junio de 2011.

¿Cuál es el balance?

El balance es francamente positivo, ha sido un paso adelante en el ámbito de la urología a nivel privado, ya que el Hospital San Juan de Dios ha permitido que seamos pioneros en la implantación de la cirugía laparoscópica urológica, así como en la tecnología láser para el tratamiento de la Hiperplasia Benigna de Próstata.

¿Nos puede hablar del perfil de sus pacientes y de la patologia más común?

El perfil de los pacientes tratados en la consulta es muy variado, pero quizás la patología principal, por frecuencia, son los problemas prostáticos. Por lo tanto el perfil más frecuente es el de varones mayores de 50 años con sintomatología prostática. No obstante, la patología urológica es muy variada, abarcando desde problemas relacionados con la incontinencia urinaria femenina, fimosis, disfunción eréctil, litiasis, etc.

¿Cree que hay algún tipo de molestia/ enfermedad dentro de su especialidad que podría evitarse? ¿Cómo?

Hay muchas patologías que pueden atenuarse o retrasarse con un modo de vida saludable, pero quizá la más representativa es la disfunción eréctil, la cual se pone de manifiesto principalmente en pacientes con hipertensión arterial, hiperuricemia, hipercolesterolemia, diabetes mellitus, es decir en aquellos pacientes con factores de riesgo de arterioesclerosis. Si modificamos dichos factores y llevamos una vida saludable con un discreto ejercicio, ese problema puede evitarse. Además, hoy sabemos que la disfunción eréctil es un marcador de futuros problemas cardiovasculares, y que un alto porcentaje de pacientes con este problema, tiene un riesgo elevado de padecer un infarto agudo de miocardio en el futuro.

¿Alguna anécdota o curiosidad?

En la consulta diaria de urología se presentan frecuentemente curiosidades, muchas relacionadas con la exploración y la reacción de los pacientes. Una anécdota, en relación a mi proceso formativo, fue que, una vez había escogido la especialidad y comenzaba mi formación, ví por primera vez cómo se colocaba una sonda vesical a un varón. En ese momento me mareé y caí al suelo. Pensé que me había equivocado de especialidad, pero afortunadamente, eso fue superado.