La entrevista
El ictus es la entidad neurológica que mayor número de ingresos genera en España. ¿Qué grado de importancia tiene la neurorrehabilitación a la hora de minimizar las secuelas?
Las secuelas tras sufrir un ictus representan un amplio abanico de manifestaciones dependiendo de la localización de la lesión y de su evolución. La neurorrehabilitación es crucial durante los primeros meses y representa la única oportunidad para mejorar el pronóstico. Nuestro trabajo se centra en optimizar las funciones motoras y cognitivas deficitarias aprovechando al máximo la capacidad neuronal de establecer cambios morfológicos y nuevas conexiones sinápticas.
La espasticidad es un trastorno habitual en pacientes afectados por daño cerebral, ¿con qué tratamientos cuentan en la actualidad?
La fisioterapia constituye un pilar fundamental de cara a reducir el tono muscular excesivo para facilitar los movimientos del paciente y disminuir el riesgo de rigideces articulares. De forma coadyuvante, las férulas y las órtesis ayudan a mantener la posición con el objetivo de evitar lesiones, prevenir deformidades articulares, optimizar la elasticidad y asistir en los movimientos funcionales. La estimulación eléctrica transcutánea puede mejorar la espasticidad en algunos casos y, por ende, el rango de movimiento, el equilibrio y la deambulación. Sin embargo, la indicación más extendida es para aliviar el dolor. Ante una espasticidad limitada, la toxina botulínica puede mejorar la funcionalidad. En cuanto a los fármacos vía oral, la indicación principal es la espasticidad generalizada que se puede dar en casos de lesión medular, esclerosis múltiple e ictus. Finalmente, el tratamiento quirúrgico va encaminado al alargamiento de tendones o su trasposición en casos de espasticidad focal.
La pandemia ha dejado nuevos conceptos. Entre ellos, el de COVID persistente. ¿Qué papel juega la fisioterapia respiratoria en la recuperación de los pacientes?
La COVID persistente engloba a aquellos pacientes con sintomatología que se perpetúa más allá de los tres meses de la infección, pudiendo presentar diferentes síntomas que aparecen y desaparecen en brotes poco predecibles manifestándose con síntomas variados que van desde el dolor muscular y articular a la cefalea y astenia pasando por problemas digestivos, déficit de memoria, urticaria, anosmia, palpitaciones, tos, expectoración y disnea. En estos últimos casos, efectivamente, la fisioterapia respiratoria juega un rol importante.
¿Cómo ha avanzado la especialidad a lo largo de los años y por dónde vienen las novedades?
La Medicina Física y Rehabilitación ha experimentado un auge exponencial debido al envejecimiento poblacional y a la prolongación de la esperanza de vida. Nos enfrentamos a un aumento creciente de pacientes con discapacidad y a una demanda social de las medidas para mejorar la calidad de vida. A lo largo de los años, la especialidad ha ganado peso y evolucionado hacia subespecialidades que incluyen daño cerebral, daño medular, suelo pélvico, rehabilitación oncológica, rehabilitación laboral, medicina deportiva y medicina del dolor. Igualmente, se ha ido enriqueciendo y completando con técnicas como la ecografía musculoesquelética y las infiltraciones ecoguiadas. Dentro de los últimos avances mencionaría la asistencia remota, la inteligencia artificial, la robótica y la impresión 3D.
¿Qué aporta la tecnología en un proceso de rehabilitación a personas afectadas por un ictus o una lesión medular?
La electroestimulación funcional es la herramienta más sencilla para estimular la neuroplasticidad. Su objetivo es reproducir un movimiento funcional para que el paciente gane autonomía. Hablando de tecnologías más avanzadas contamos con las órtesis robóticas. La reeducación de la marcha es uno de los puntos esenciales en el proceso rehabilitador de estos pacientes. Gracias a los exoesqueletos individualizamos la intensidad de la terapia y, a medida que avanzamos en el tratamiento, se incrementa el trabajo muscular. Pero cuando la marcha no es posible, el uso de estos dispositivos va encaminado a optimizar el control de tronco y beneficiarse de la posición de bipedestación. Las órtesis robóticas de extremidad superior, como el guante, también muestran buenos resultados. Finalmente, la realidad virtual ha supuesto un punto de inflexión de cara a la recuperación funcional de la marcha y el equilibrio, así como al desarrollo psicomotriz.