dr. ignacio guereñu carnevali

EL ESPECIALISTA

REVISTA Nº 142 – MARZO 2021

Francisco de Asís Alzaga

Esta especialidad se vale de técnicas de reconstrucción mediante el modelaje de tejidos con el fin de corregir malformaciones congénitas o presentes al nacimiento, deformidades causadas por enfermedades sistémicas, secuelas accidentales casuales, laborales o de tráfico, y alteraciones subjetivas o del envejecimiento en cualquier localización de la anatomía humana. De la atenuación de éstas últimas se ocupa una subespecialidad denominada cirugía estética no reparadora.

EL ESPECIALISTA

Francisco de Asís Alzaga

Licenciado y doctorado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca, el doctor Alzaga lleva en contacto con esta “apasionante” especialidad 35 años. En su época de estudiante, según relata, se adentró en los quirófanos del Hospital Clínico Universitario de Salamanca o en el Hospital de la Santísima Trinidad con el objetivo de “aprender y progresar”. Y por qué no: ser algún día un virtuoso del bisturí. “Ayudábamos en la práctica privada como instrumentistas, preparábamos las suturas, cortándolas y montándolas en las agujas, aparte de esterilizar y tener preparado el instrumental adecuado. Llegábamos una hora antes de la intervención y nos íbamos otra después de haber acabado”, expone echando la vista atrás en el tiempo.

Tras hacer la residencia en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) desembarcó en León –previo paso por la Unidad de Quemados de La Paz- para ejercer una especialidad que goza de plena salud laboral. En aquellos años no fueron pocos los compañeros que no entendieron su elección. Hoy en día, la Cirugía Plástica Estética y Reparadora es una de las especialidades más solicitadas. “Me decidí por ella por la diversidad de técnicas modernas que desarrollaba y por los múltiples campos en que las podías poner en práctica”, asegura un doctor que siempre tiene presente a quienes fueron sus maestros. Entre ellos, la doctora Carmen Pena, su codirectora de tesis y primera profesional que realizó en España un reimplante de mano en la Navidad de 1978, o los doctores Antonio de la Fuente y Antonio Tapia.

El doctor Alzaga, que también ha cursado un Máster Universitario en Cirugía Estética en la Autónoma de Barcelona, llama a desconfiar de las ofertas ‘low cost’ y a revisar la experiencia del cirujano. “Lo que no haría nunca para escoger a un profesional es acudir a las redes sociales. Por desgracia la medicina no es inmune a las noticias falsas”, explica en una apuesta por “consultar siempre” la página oficial de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).

Una rama cien por cien quirúrgica en la que se actúa sobre la piel, el órgano más grande del cuerpo, ayudando a mejorar notablemente la calidad de vida del paciente y de su entorno. En este sentido, se está dejando de ver como un lujo y está ganando poco a poco terreno en un Sistema Nacional de Salud (SNS) en el que la reconstrucción tras una mastectomía debe formar parte del tratamiento integral del cáncer de mama. Y todo en el contexto de una pandemia en la que, pese al uso de la mascarilla y la reducción de las actividades sociales, no hemos dejado de mirarnos al espejo.

la entrevista

¿Cómo fueron sus primeros contactos con la cirugía plástica y cuál ha sido su evolución?

Hace tres décadas había mucha accidentalidad laboral en el sector de la minería. De hecho, había muchos días que tenía hasta tres urgencias. Ahora son muchas menos y están más relacionadas con la agroalimentación. Fue así como me di a conocer con la cirugía de la mano a la vez que me iba desarrollando en el resto de áreas (mama, facial, corporal y cutánea). La especialidad ha avanzado mucho en la reducción de la agresión del momento quirúrgico. No sólo en la aplicación de técnicas reconstructivas menos invasivas y con menos complicaciones para lograr mejores resultados, sino en la formación de equipos multidisciplinares entre los cuales, por cierto, a veces nos olvidamos del campo de la Anestesia y Reanimación que es también fundamental.

De hecho, la Unidad de Cirugía Plástica Reconstructiva lleva por apellidos ‘mínimamente invasiva’.

Nuestra filosofía de trabajo ha sido siempre la de desarrollar procedimientos cada vez menos traumáticos. Formamos un equipo de 30 años de experiencia durante los cuales hemos perseguido siempre depurar nuestra técnica para conseguir unos resultados más naturales. Una técnica novedosa se puede enseñar, pero siempre ha de evolucionar en las mismas manos para lograr el menor número de efectos indeseados y un reducido tiempo de exposición anestésica. Con todo ello también se mejora el postoperatorio y se obtiene una precoz reincorporación sociolaboral. La unidad, en la que también trabaja el doctor Sánchez Lorenzo, cuenta con un equipo de ayudantes asistido desde hace varias décadas por un especialista en Anestesia como es el doctor Rabanal.

¿Y las técnicas más novedosas que ofrecen?

Dentro de las cirugías mamarias más respetadas, quizá por su inicial agresividad, se encuentra la mamoplastia de reducción. Nosotros hemos depurado la técnica hasta conseguir que las cicatrices sean residuales y reducir el tiempo de quirófano a una hora con la trascendencia que ello conlleva a la hora de la recuperación. En la mamoplastia de aumento nuestra evolución ha ido desplazando vías de abordaje que ofrecían desventajas como la endoscópica periumbilical o la axilar. El abordaje directo alrededor de la mitad inferior de la areola presenta menor posibilidad de lesión de ramas nerviosas y vasculares. Eso reduce la posibilidad de sangrado y hematoma en el postoperatorio sin olvidar una remodelación más natural de la cavidad de alojamiento del implante, una mejor evolución cicatricial que puede ser mejorada mediante micropigmentacion y una reducción del tiempo quirúrgico en torno a la media hora. La cirugía nasal puede realizarse también de forma endoscópica por los orificios sin necesidad de abrir; y en el caso de la abdominoplastia se puede, tras levantarse el colgajo cutáneo adiposo, proceder a la plicatura o reforzamiento muscular y –posteriormente- a la adaptación del delantal del abdomen en aproximadamente hora y media de intervención.