La entrevista
¿Para qué pacientes está indicada la cirugía bariátrica por vía laparoscópica?
La cirugía bariátrica tiene como objetivo prevenir la morbimortalidad ligada a la obesidad o al síndrome metabólico, reducir la comorbilidad asociada y mejorar la calidad de vida a través de una pérdida de peso suficiente y mantenida en el tiempo, y con un mínimo de complicaciones. Está indicada para aquellas personas con un IMC –índice de masa corporal (kg/m2)- por encima de 40 o con uno inferior, pero enfermedades asociadas como una diabetes mellitus tipo 2 de difícil control con tratamiento médico. No obstante, debe hacerse un estudio exhaustivo del paciente que descarte contraindicaciones como patologías endocrinológicas causantes de obesidad y trastornos psiquiátricos responsables de una alteración en la conducta alimenticia.
Las técnicas quirúrgicas han ido evolucionando desde su aparición en los años 50 hasta nuestros días. Actualmente, ¿por cuáles se está apostando?
Las dos técnicas que más se utilizan en el mundo son la manga gástrica y el bypass gástrico. Ambas producen resultados similares a corto, medio y largo plazo tanto en términos de pérdida de peso como de mejora de las comorbilidades. La gastrectomía vertical o manga gástrica (sleeve gastrectomy) es técnicamente más fácil de realizar que el bypass ya que no requiere múltiples anastomosis. También es más segura, ya que reduce los riesgos de hernias internas y malabsorción de proteínas y minerales. Es una técnica en la que se extirpa la mayor parte del estómago, aproximadamente el 80 por ciento de su volumen. Su mecanismo de acción es doble, ya que por un lado produce una sensación de saciedad prematura y, por el otro, una disminución del apetito. Hoy es la técnica más usada sumando más del 70 por ciento de todas las cirugías bariátricas que se hacen mundialmente.
El área hepato-bilio-pancreática es una zona vital para el funcionamiento del cuerpo, pero su anatomía es compleja. ¿De qué tipo de intervenciones estamos hablando?
Desde lo más sencillo, que es una colecistectomía o extirpación quirúrgica de la vesícula biliar, a lo más complejo: la cirugía de la cabeza del páncreas. También todo tipo de hepatectomías para la resección de lesiones en el hígado. Fundamentalmente, tenemos cánceres primarios de hígado o hepatocarcinomas –en pacientes con cirrosis por abuso del alcohol y por infecciones provocadas por el virus de la hepatitis C- y metástasis hepáticas que, aproximadamente, desarrollan un 25 por ciento de los afectados por tumores colorrectales.
¿Qué porcentaje de actividad quirúrgica realiza sin ingreso y qué papel juega la cirugía mínimamente invasiva?
En la cirugía hepato-bilio-pancreática es un porcentaje muy pequeño por su elevada complejidad. En el caso de alguna vesícula en pacientes jóvenes se puede valorar. Si hablamos de toda la Cirugía General, sí existen muchos procedimientos que no requieren hospitalización como las hernias y los tumores de la piel, que se realizan con anestesia local y sedación y permiten al paciente recuperarse cómodamente en casa.
La cirugía robótica, junto al ‘Big Data’ y la inteligencia artificial, dará lugar en un futuro no muy lejano a la cirugía digital. ¿En qué medida todo esto conlleva unas intervenciones más seguras y precisas?
Es una herramienta que ha venido para quedarse. En el Hospital Río Hortega somos uno de los grupos más activos de España. Si en el centro vamos a celebrar dentro de un mes la cirugía robótica número 1.000, la mitad son del Servicio de Cirugía General y de Digestivo. El robot es útil cuanto más precisa es la intervención y, por ende, más compleja. Nos ayuda a actuar con una mayor seguridad. Como los pilotos de aviación, que antes de coger un avión cargado de pasajeros se pasan horas en un simulador, nosotros también entrenamos. El médico maneja virtualmente las pinzas e interviene con un campo de visión diez veces superior al real y en tres dimensiones. El objetivo último es que el paciente se reincorpore lo antes posible a su vida habitual.