Cristina Olmo Paniagua 1
EL ESPECIALISTA
REVISTA Nº 130 – MARZO 2018

La logopedia es la disciplina sanitaria especializada en la prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación, el lenguaje, el habla, la voz y las funciones orofaciales (respiración, succión, masticación y deglución).

EL ESPECIALISTA

Cristina Olmo Paniagua

Grado en Logopedia. Universidad de Valladolid (2016).

Posgrado en Atención Temprana. Prevención, Diagnóstico y Tratamiento. Instituto Superior de Estudios Psicológicos, Barcelona (2017).

Máster en Terapia Miofuncional. Instituto Superior de Estudios Psicológicos, Madrid (2017).

Máster en Logopedia Clínica en Daño Neurológico. Instituto Superior de Estudios Psicológicos, Madrid (Cursando).

Tiene experiencia en centros hospitalarios de León y Ponferrada. A esto se une el trabajo en diversas clínicas de rehabilitación y gabinetes de atención temprana. Miembro y vocal de la Asociación de Logopedas de España (ALE).

Cuenta con la asistencia a numerosas conferencias y congresos así como con la realización de múltiples cursos de especialización. Experiencia docente vinculada a Universidades y Plataformas de formación en diversas especialidades.

Patologías más frecuentes

El campo de actuación de los logopedas es muy amplio pues abarca todas las etapas de la vida, desde la atención temprana en la población infantil hasta la intervención en la edad adolescente, adulta y en la tercera edad.

En nuestras consultas trabajamos sobre patologías de carácter muy variado: trastornos del desarrollo del lenguaje y articulación (dislalias, retraso del lenguaje y trastorno específico del lenguaje), trastornos por lesión neurológica o degenerativa (disartria, afasia, disfagia, agrafía y disgrafía adquirida y deterioro de la comunicación por envejecimiento), trastornos de la fluidez del habla (tartamudez, taquilalia y espasmofemia), trastornos del aprendizaje (dislexia, disgrafía y discalculia), trastornos de la voz (laringectomía parcial o total, disfonía hiper e hipofuncional, disfonías orgánicas, disfonía infantil, puberfonía, presbifonía e inadecuado uso profesional de la voz) y trastornos de las funciones orofaciales (disglosia, deglución atípica, hábito de respiración bucal, roncopatías y disfunciones tubáricas).

El crecimiento progresivo que está experimentando la logopedia y los campos en los que estamos capacitados para intervenir en los últimos años son un hecho. Los logopedas contamos con una base sólida de conocimientos biológicos, metodológicos, científicos, neurológicos, pedagógicos, psicológicos, lingüísticos y humanísticos, que contrarresta con el gran desconocimiento que existe por parte de la sociedad respecto a quiénes somos y qué funciones desempeñamos. Esta circunstancia repercute negativamente sobre el paciente que, al estar mal informado o desaconsejado, deja pasar el tiempo y no se enfrenta a su problema o incluso se autoconvence de que no necesita ayuda para superarlo. Pensar que el tiempo va a mejorar sus dificultades o simplemente no saber que tiene a su disposición un profesional al que acudir en estos casos es el ámbito en el que más debemos incidir. Sólo así ayudaremos a los propios pacientes a conocer sus patologías y les daremos la fórmula necesaria para tratarlas.

Técnicas y pruebas diagnósticas más utilizadas

La principal herramienta de diagnóstico en nuestra disciplina son los test estandarizados. La validez, fiabilidad y exactitud de los resultados obtenidos junto con la gran variabilidad de test que tenemos hoy en día a nuestra disposición son las principales causas. Asimismo, y como consecuencia del aumento de campos en los que estamos capacitados para trabajar, han surgido técnicas pioneras de diagnóstico en nuestro país como la basada en la valoración, seguimiento y rehabilitación de las disfagias orofaríngeas a través del análisis acústico de los sonidos de la deglución con la sonda Doppler y el software DeglutiSom o la utilización de instrumentación específica para llevar a cabo la exploración de la patología de la voz, tanto en rehabilitación como en el seguimiento del paciente, a través de la utilización de la otoscopia, rinoscopia anterior y endoscopia nasal, nasofibrolaringoscopia, etc.

la entrevista

¿Desde cuándo trabaja en el Hospital San Juan de Dios de León?

Desde marzo de 2016

¿Cuál es el balance?

El balance está siendo muy positivo. Sobre todo por haber tenido la oportunidad de ejercer mi profesión en León, donde tengo a mi familia y amigos.
También es una una suerte poder contar con el apoyo y el respaldo de mis compañeros de trabajo y poder desarrollar mi profesión en un ambiente cómodo y agradable. Considero que estos dos aspectos son necesarios para que cualquier trabajador amplíe sus aptitudes profesionales y lleve a cabo su trabajo de la forma más satisfactoria posible.

¿Cuál es el perfil de sus pacientes y la patología más común?

Durante mucho tiempo el perfil de pacientes más frecuente en nuestra consulta estaba vinculado a la edad adulta y tercera edad con trastornos de voz o lesión neurológica. Pero en la actualidad hemos conseguido ampliarlo a un perfil de personas de edad infantil con trastornos del desarrollo del lenguaje, articulación y fluidez del habla principalmente.

¿Alguna anécdota o curiosidad?

Cuando empecé a trabajar como logopeda tenía 22 años. Siempre recordaré el asombro de muchos de mis pacientes, que a menudo me preguntaban por mi edad. A veces era complicado, porque aunque no me lo dijeran de forma abierta, a algunos les surgían ciertas dudas respecto a mi trabajo en relación con mi juventud. Sin embargo, casi dos años después, fueron las opiniones de muchos de ellos las que me permitieron estar nominada a los Doctoralia Awards 2017, situándome entre los profesionales mejor valorados en la especialidad de Logopedia y Logofoniatría en nuestro país.

Dentro de su especialidad, ¿hay alguna enfermedad que podría evitarse?

La prevención es básica para el mantenimiento de la salud. Nuestra profesión asienta su base en el desarrollo de programas de prevención orientados a todas aquellas personas que son susceptibles de padecer una determinada patología o trastorno. Sirvan de ejemplo todos aquellos profesionales que utilizan su voz como herramienta de trabajo para evitar que desarrollen patología vocal. Además, el ámbito de actuación de un logopeda también incluye intervenciones de carácter rehabilitador, habilitante o minimizador de la lesión de forma que el trastorno no se agrave y se revierta el estado de salud del paciente (afasias, TCE,…). Asimismo, cuando estamos ante una alteración de carácter irreversible y no es posible la recuperación plena de la función, como es el caso de patologías de carácter neurodegenerativas, nuestro trabajo ha de centrarse en el mantenimiento de esas capacidades durante el mayor tiempo posible.