Dra. Marta Ballesteros

EL ESPECIALISTA

REVISTA Nº 144 – SEPTIEMBRE 2021

Cirugía vascular y angiología

La Cirugía Vascular y Angiología es una disciplina médico-quirúrgica relativamente joven que se encarga del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades relacionadas con los vasos sanguíneos (arterias y venas) y linfáticos. Integra actividades clínicas, diagnósticas, terapéuticas, preventivas y de investigación, lo que le hace –en palabras de la doctora Ballesteros Pomar- “una especialidad muy completa y que te obliga a estar al día”.

EL ESPECIALISTA

Marta Ballesteros Pomar

Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid, la doctora Ballesteros Pomar se incorporó al cuadro médico del Hospital San Juan de Dios en el año 2012. Labor que compagina con su trabajo en el Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Complejo Asistencial Universitario de León (CAULE), en el que finalizó la residencia en 2007 y del que es jefa de servicio desde el pasado mes de mayo. Además, posee el título de directora de Instalaciones de Radiodiagnóstico Médico con acreditación del Consejo de Seguridad Nuclear.

Durante su periodo de formación realizó estancias en centros de reconocido prestigio internacional en técnicas quirúrgicas vasculares mínimamente invasivas como el Hospital Ambroise Pare de París y el Hospital Nord de St. Etienne (Francia). Y ya en 2017 cursó un ‘fellowship’ en Cirugía Endovascular Aórtica Avanzada en las dos instituciones con mayor reconocimiento mundial en este campo: la prestigiosa Clínica Mayo de Estados Unidos (Rochester, Minnesota, USA) y el Hospital San Franziskus de Münster (Alemania). “Allí aprendí la importancia del trabajo en equipo”, según confiesa.

Tras ver despierta su vocación a una edad muy temprana (su padre era el Dr. Ballesteros Sahorí), la precisión y delicadeza que exige la especialidad le llevó a escoger Angiología y Cirugía Vascular sin pensarlo. “Soy muy perfeccionista”, confiesa la doctora Ballesteros Pomar, que es miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV) en calidad de tesorera.

La doctora Ballesteros Pomar también es profesora del curso anual de Cirugía Endovascular en Modelos Animales, organizado por la Fundación de la SEACV y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León (ULe). Presenta una intensa actividad científica, siendo autora de más de 60 publicaciones en revistas nacionales e internacionales, así como de más de 100 comunicaciones científicas presentadas en congresos.

Las varices, esas venas superficiales que aparecen abultadas y, frecuentemente, retorcidas en la superficie cutánea, representan el motivo más frecuente de consulta. “Los pacientes, en su mayoría mujeres, refieren dolor, pesadez de piernas, calambres, picor e hinchazón”, explica sobre su sintomatología antes de subrayar que su tratamiento endoluminal ha supuesto un “cambio de paradigma”. “Las técnicas mínimamente invasivas que estamos aplicando son la radiofrecuencia y el empleo de adhesivo a través de un catéter con resultados muy satisfactorios”, según afirma.

No obstante, las entidades clínicas que llegan a sus manos y revisten mayor gravedad son el aneurisma de aorta (dilatación anormal de la pared del vaso anguíneo principal) y estenosis carotídea (estrechamiento de la arteria como consecuencia de la formación de placas de ateroma) que, según precisa, “se asocia de manera directamente proporcional con el riesgo de ictus produciendo un déficit isquémico cerebral”.

Por otro lado, la isquemia crónica de miembros inferiores, conocida como síndrome del escaparate, puede llegar a la amputación de la extremidad por gangrena en sus fases más avanzadas. “La falta de riego sanguíneo en las piernas obliga a los pacientes a pararse tras presentar un dolor en pantorrilla, muslo o glúteo”, argumenta sobre una patología que puede tratarse con medicación, con cirugía de revascularización (bypass) o mediante técnicas endovasculares.

la entrevista

La prevención es clave para evitar la aparición de la insuficiencia venosa crónica. ¿Cuáles son sus causas y que deportes pueden resultar beneficiosos?

La insuficiencia venosa crónica, cuya principal manifestación clínica son las varices, es multifactorial con un peso fundamental de la herencia genética. Se debe al mal funcionamiento de las válvulas en las venas, que impiden que la sangre retroceda. El estar muchas horas de pie, algo que ocurre en profesiones como la de peluquero o guardia de seguridad, potencia la predisposición a ella. En este sentido, la natación es un buen deporte para combatirla porque en el agua no hay gravedad y el cuerpo permanece en una posición casi horizontal. Además, el frío contribuye a activar la circulación sanguínea.

¿Todos los pacientes con varices son susceptibles de ser intervenidos o existen distintos niveles de gravedad y, por lo tanto, de tratamiento?

En función de la severidad se opta por un tratamiento médico o quirúrgico. Durante años se ha optado por la cirugía abierta en los casos más avanzados, pero ahora están surgiendo procedimientos mucho menos agresivos que, siempre que las características anatómicas del paciente lo permitan, son la primera opción.

¿El desarrollo tecnológico ha permitido la entrada en escena de técnicas mínimamente invasivas. ¿Cómo han cambiado la especialidad?

Con dos incisiones a través de las ingles, e incluso de manera percutánea con dispositivos que cierran la arteria desde fuera, podemos hacer procedimientos que tenían una mortalidad prohibitiva. En el caso del aneurisma de aorta, con la técnica EVAR (endovascular aneurysm aortic repair, por sus siglas en inglés) lo que hacemos es avanzar por dentro de la arteria enferma a través de un catéter para colocar la endoprótesis. Este sistema consigue restaurar la circulación y sellar el aneurisma sin las complicaciones del abordaje abdominal abierto. Los pacientes se pueden ir a casa al día siguiente.

¿Las trombosis son una de las complicaciones graves que pueden aparecer en los pacientes afectados por la COVID-19. ¿A qué es debido y con qué casos se ha encontrado?

Uno de los principales riesgos asociados a la infección por el nuevo coronavirus son los trombos que pueden aparecer, tanto en el sistema arterial como en el sistema venoso, sobre todo en los enfermos graves. Este efecto se debe a la desmedida respuesta del sistema inmunitario en la lucha contra el virus, que genera sustancias coagulantes como el fibrinógeno. Los casos menos graves son las tromboflebitis, que ocurren cuando las venas se inflaman y trombosan. Sin embargo, cuando los coágulos sanguíneos bloquean las arterias la vida y la extremidad del paciente corre peligro.

¿No hay duda de que el impacto de la pandemia en la asistencia médica ha sido brutal, pero ¿cómo ha afectado a los angiólogos y cirujanos vasculares?

Al margen del manejo de las tromboflebitis, la pandemia nos ha influido, como en el resto de especialidades, en retrasos en el diagnóstico de patologías que, de haber sido tratadas a tiempo, hubieran tenido mejor pronóstico. Especialmente complicado ha sido para los pacientes con isquemia crónica de miembros inferiores.

¿A qué retos se enfrenta la especialidad en los próximos años?

Las técnicas mínimamente invasivas han supuesto una revolución, pero es precisa su consolidación para que sean siempre la alternativa a la cirugía abierta tradicional.